A veces, una gran idea puede realizarse con un bajísimo presupuesto obteniendo un resultado muy interesante. Y eso pasa en Locke (2013), película británica del director Steven Knight (creador de la aclamada serie Peaky Blinders). ¿Qué se necesitó para esto? Sólo un automovil, un actor, y un guión lleno de enredos familiares, maritales y laborales.
Ivan Locke, interpretado por Tom Hardy (Warrior, Inception , The Dark Knight Rises) se ha esmerado en mantener una vida tranquila con su familia, hijos y su buen trabajo. Pero de pronto recibe una llamada que podría cambiar dicha tranquilidad; una mujer con la cual tuvo una aventura extramarital está por dar a luz un hijo de él. Esta situación se da en el momento menos indicado, ya que Ivan está en un importante momento en su trabajo en el que debe supervisar una obra de construcción, y por otro lado, debe lidiar con las dudas de su familia por su extraño comportamiento.
Los 85 minutos de película transcurren en el interior de un automóvil, y los diálogos sólo se dan mediante llamadas telefónicas. Se podría decir que tiene ciertas similitudes a Phone Booth (2002) de Joel Schumacher, debido a que utiliza el recurso del teléfono en un escenario durante casi toda la película, advirtiendo de los enredos matrimoniales del protagonista, etcétera, etcétera. Pero parece ser que Locke (2013) obtiene un mejor logro al sacar un mayor provecho de los pocos recursos que utilizó -muy alejado de la parafernalia hollywoodense de Phone Booth-. Acompañamos a Ivan Locke en un viaje mental; un juego de situaciones que ponen al protagonista en una encrucijada constante y de la que debe salir, pero por ahora, tiene un solo destino.
La película saca provecho de su cuidada fotografía para alternarnos y no aburrirnos en el primer plano constante de la cara de Locke. Lo que ayuda a combatir -a quienes no gustan de un cine más lento- a no perder el foco de la historia. A pesar de esto, la actuación de Tom Hardy es soberbia y nos mantiene atentos al asfixiante guión.
Algo que parece olvidado en el cine, es el recurso del relato como contador de historias. Cosa que en Locke se agradece por montones, ya que da el dramatismo necesario como para imaginar todo lo que ocurre solo en nuestras cabezas, y no con una imagen impuesta por el director. En este caso, nos da la facultad de imaginar todo lo que está pasando, y como si fuera un libro y nosotros los lectores, e ir comprendiendo lo que ocurre. Este recurso, utilizado en películas de culto como Paris, Texas (1984) en la escena de la cabina-espejo, donde prácticamente el protagonista relata su historia durante quince o veinte minutos sin mostrarnos ni siquiera un poquito visualmente.
Si vamos un poco más allá, no es dificil darse cuenta que esta forma de relatar los sucesos no es muy utilizada en el cine, debido a que, por lo general, las grandes masas prefieren ver algo impuesto y/o forzoso (a veces de dudosa calidad; cof, cof, Transformers, cof, cof.) a imaginar una situación planteada. Eso explicaría en tanto los bajos indices de lectura que se tiene en muchos países, es decir, un cine más imaginativo sería por tanto, un cine menos comercial. Es como lo que diría el filósofo y psicoanalísta Slavoj Zizek (The pervert's guide of cinema, 2006 dir. Sophie Fiennes), en torno a la fantasía masculina del sexo; y el papel de la pornografía v/s el relato erótico, analogándolo con la obra de Ingmar Bergman, Persona (1966). Diciendo que el auge de la pornografía se debe a la omisión de relato, y a la explicitud visual de sus escenas. Y por lo mismo, el porno, o los guiones de las películas pornográficas tendrían un carácter conservador, ya que censuran todo lo que rodea al sexo, haciendolo un producto vendible y hasta poco realista. Obviamente este análisis responde a otras preguntas que Locke ni siquiera pretende responder. Pero aún así, la forma en que el relato se transforma en un imaginario visual de lo que ocurre, tal como si fuera un libro, es el real logro de Locke.
Y aquí de nuevo la comparación. En Phone Booth, se da una situación bastante parecida, pero es mostrada visualmente en todo momento, no se nos esconde nada -es decir, terminamos conociendo a todos los personajes-. Incluso apela a hacer conciente de sus errores al protagonista (Colin Farrell) por medio de un ente externo, el cual es un psicópata armado que realizó un plan macabro a punta de balas y así movilizar a toda la policía y el ego neoyorkino en base a las morales cristianas del matrimonio y la guia de "como ser un buen americano". Por su parte, en Locke, eso no es así. La reflexión moral que se hace el protagonista es mucho más real y compleja, y es por esto que la película gira entorno a un constante drama psicológico. Podemos conocer sólo hasta donde Ivan Locke nos permite conocer. (SPOILER) Incluso, ni siquiera podemos saber en qué terminó todo. Dejando espacio a un final abierto, donde, ¡oopsie!, de nuevo tendremos que ocupar nuestra imaginación.
Aburrirá a algunos, pero mantendrá expectantes a los que sean capaces de ir asociando rostros a las voces que llaman a Locke y vibren con su atrapante historia. La película, sin flashbacks, ni efectos especiales, empero, con una alucinante fotografía y solído guión que no decae nunca, logra encontrar un diminuto espacio de honor en el cine.
Ficha
Nombre: Locke
Año: 2013
Duración: 1 hr 25 mins
Director: Steven Knight
Guión: Steven Knight
Fotografía: Haris Zambarluokos
Reparto: Tom Hardy
Género: Drama / Road Movie
A continuación, un extracto del documental de Sophie Fiennes y Slavoj Zizek, sobre la reflexión entorno a la narración literaria y cinematográfica, y la industria pornográfica.
Aquí LOCKE en Torrent (YIFY)
Comentarios
Publicar un comentario