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Educación y cine



To Sir with Love (1967)
El cine se ha hecho cargo de diferentes materias a lo largo y ancho de su corta existencia. La historia, la sociología, y la psicología, entre otros. Pero hay una temática poco recurrente, a pesar de tener ya varias películas ya en su catálogo. Y digo poco recurrente, en el sentido de que quizás sólo ha sido abordada desde sus problemas y alcances sociales. Estamos hablando de la educación. 

La -a veces- importantísima, necesaria y villana educación, ha sido abordada desde distintas perspectivas y matices. Y aquí haremos un ligero análisis en torno a las películas (algunas) que se han desarrollado al respecto. Las hay de todo, desde la visión mas entrañable de uno de sus protagonistas: El profesor, como lo es en To sir, with love (1967) hasta la perspectiva más crítica y ácida de la escuela como una máquina de moldeo de personas, pero a la vez muy interesante y acertada en The Wall (1980). Algo común entre todas ellas, es la visión negativa del sistema educativo.

La tesis anterior, da cuenta de que algo olería mal en la educación, y más específicamente, en la maquina educativa, la que por décadas ha sido uno de los pilares fundamentales de lo conocido como "The establishment". El cine se ha encargado de la educación en dos áreas bastante notorias. La primera de ellas es lo recién planteado: los problemas que la educación formal tiene y como afectan gran parte de las configuraciones del ser humano en su concepción más prístina. Y por otro lado, el rol del vilipendiado profesor, que muchas veces se le cataloga de héroe, pero también de villano. Y aquí cae un debate tan apasionante como imparcial: ¿Qué constituyen finalmente las escuelas en nuestro desarrollo como personas? y aún más, más allá de el noble oficio de enseñar, ¿cuando recae toda la culpa en los profesores?. Para desarrollar esta idea, y las ideas que se le añaden con el pasar del tiempo y el surgir de nuevas películas, se hace necesario abordar el tema en función de la temporalidad. Por lo que hay que remontarse al cine clásico francés de la Nouvelle vague. 

Les quatre cents coups (Los 400 golpes, 1959) una de las tantas sublimes películas de François Truffaut. Si bien la educación es solo uno de los grandes y relevantes temas que profundiza, Los 400 golpes es quizá la película más desoladora en cuanto a reflexión existencial y social se trata. Nos pone en contexto con las severas prácticas de la educación formal de la década de los 50'. Donde la máxima autoridad del maestro, termina por convertirse en un agente desmotivador y aversivo para el protagonista: Antoine. 


Les Cuatre Cents Coups; Francois Truffaut (1959)
El autoritarismo y la rigidez en la que vive inmerso el pequeño Antoine, no solo la experimenta en su escuela. Sus padres no son un gran apoyo, es más, él nunca fue bienvenido en este mundo, ni siquiera por su madre; incluso su padre no era realmente su padre biológico. Y los golpes no solo los recibe en el colegio, ni en la casa, sino que los recibe en cada momento de la vida. Y es cierto, son parte del proceso de crecimiento de todos nosotros, vamos recibiendo golpes duros en nuestras vidas mediante vamos desarrollándonos, pero, ¿debemos aceptarlo con la naturalidad que llega? ¿es la escuela un espacio para aquello? La película es de visionado recomendado y obligado para todo cinéfilo y al que le guste reflexionar mediante poéticas y decidoras imágenes. 


Aquí -desde el cine- se hacen los primeros reclamos sociales en torno a la categorización de personas, es decir, niños capaces o incapaces y su limitada oferta dicotómica. y gracias a ello, aparece la típica idea del niño problema, a quien le cuesta seguir los rumbos que la escuela le exige. La estructuralidad del sistema requiere a niños que se adapten y amolden sin importar que pierdan sus capacidades innatas, como lo puede ser la creatividad u otras miles cualidades posibles inherentes a nuestra naturaleza humana. Que es algo que denuncia también -y con mucha genialidad- Roger Waters en The Wall (Alan Parker, 1980). 

Aquella escena en que el severo profesor recrimina y humilla al pequeño protagonista por haber escrito poesía. Lo que claramente lo marca de por vida, para finalmente desembocar en esta idea de la escuela como una maquina moldeadora de "estudiantes". Y que apunta a lo anteriormente expuesto. O la misma conceptualización realizada por el educador Paulo Freire, de la educación "bancaria" en la Pedagogía del Oprimido. La idea de la escuela como lavadora de cerebros, es algo que persiste hasta días actuales. Y debido a que si bien ha habido una serie de cambios estructurales en la educación, aún se mantiene ese sesgo sirviente de la estructura inicial: quizás se fue modificando la palabra educar, por la de-formar. Pero ¿formar qué? Y es aquí donde van apareciendo nuevas variantes en este viaje cinematográfico sobre la educación y la escuela. Los grandes encargados de la educación, por lo general fueron las fuerzas militares, y también el fuerte nexo religioso imperante, por lo que las iglesias -hasta el dia de hoy, en algunos casos- se hicieron responsables de este proceso tan importante en la modernidad. La misma historia nos ha dicho que dicha mezcla de iglesia y militarización es un poco peligrosa. (la Alemania Nazi y las Cruzadas son sólo dos bonitos ejemplos)


The Wall, Alan Parker (1982)

Ante esto, comienzan a venir los primeros esbozos hacia el profesor como un protagonista (ojo, no antagónico) pero que primeramente tuvo que enfrentarse a un gran enemigo de los cambios estructurales, la iglesia. Inherit the Wind (1960) es una película de Stanley Kramer, la cual está basada en una obra del mismo nombre (1955). Y cuenta la historia de un profesor de biología quien tiene la osada idea de enseñarle la teoría de la evolución de las especies de Darwin a sus estudiantes de la escuela pública. Ante esto, la comunidad religiosa -la cual era casi el 99,9% de la población de ese condado- se manifiesta y decide enviar a prisión a susodicho profesor, por lo que se debe realizar un juicio. La película enfoca su objetivo en esta dualidad religión v/s ciencia, o al menos, intenta poner en la palestra un tema no menor, del que se desprenden dos cosas: la primera, la tremenda repercusión ideológica y "moral" en torno a la enseñanza bíblica en contextos escolares, la cual, en parte solo expande y hereda el fanatismo y la incapacidad de pensar por sí mismos, y por otro lado, las limitaciones que tiene un profesor de enseñar contenidos que a él le parecen pertinentes, y no estar atado a un programa establecido e ideado por otros, y con otras intenciones, en este caso, develar una doctrina religiosa (cosa que aún sucede). Y esto último nos da el pase para ir a nuestro próximo objetivo: el profesor.


En 1967, aparecía una película que se podría decir que es casi un homenaje a los profesores. Aquella profesión mal mirada y peor, mal remunerada, pero que forma parte importante de la vida en occidente. El contexto no es menor, pleno auge de la contracultura, existía una creciente revolución en la juventud de aquella época, cosa que se iba conllevando con la extirpación de ciertos elementos con connotación violenta en el aula de clases, es decir, imperaron los derechos humanos del niño y el estudiante, la vara para golpear ya no se debía utilizar, entre otros elementos con similares alcances. Se vivía una "Rebelión en las aulas", titulo en español de To Sir, with love (1967) protagonizada por Sidney Poitier. Que nos muestra la historia del ingeniero Mark Thackeray, un hombre de raza negra que debe lidiar con el desempleo y las escasas posibilidades que le da un país lleno de transiciones políticas y sociales como lo es Inglaterra durante la década de los 60'. Por lo que debe trabajar como maestro suplente en una escuela con riesgo social. 

Ganarse a los estudiantes, será finalmente lo que mostrará el film. Pero el profesor, en este caso deberá hacerlo con mucha perseverancia y ahínco, por lo que deberá recurrir a nuevos métodos de enseñanza, alejados de los procedimientos formales de educación. ¿a que recursos acude el maestro Thackeray? A la cátedra libre, hablar de lo que los estudiantes quieran, discutirlo y mostrar nuevas realidades en base a eso; O llevar a los chicos al Museo de Historia Natural, entre otras cosas. Aún así, la película también da un espacio a la crítica. En la escena del salto del caballete en la clase de ed. física, -en la que solo participan los hombres (primera crítica, ligada al rol del género en la educación)- todos ellos deben saltarlo, y en eso, el típico compañero obeso es obligado por el maestro a saltarlo, a sabiendas de que éste no lo lograría. El resultado es el esperado, ya que el chico termina lesionándose, por lo que la clase debe acabar. 



El caballete tiene la representatividad simbólica de un instrumento cuantificable y medible. Ya que mide las capacidades -en este caso físicas- de los estudiantes. No tiene que ver con la superación ni la competencia, tiene que ver netamente con la estandarización del sistema escolar, lo que ha resultado en situaciones como esta. Y por otra parte, la exclusión de las mujeres de este tipo de actividades, no tiene otro asidero que demostrar el eterno sexismo que remite a las mujeres a realizar otro tipo de actividades, ya que, a la época no era plausible asignarle roles y características que simplemente no le correspondían. 

De aquí en adelante, las películas comenzaron a tomar más en cuenta el rol del profesor, pero siempre dotándolo de características innovadoras y/o subversivas en contextos reaccionarios o de precariedad socio-económica. Donde se destacan filmes como Dead Poets Society (Peter Weir, 1989), Freedom Writers (Richard LaGravenese, 2007) o Detachment (Tony Kaye, 2011). Pero, ¿qué pasó en el intertanto? Si bien se entiende a los establecimientos educativos como un problema, ¿por qué ahora los protagonistas son profesores que vienen desde otra conceptualización de la educación a realizar cambios a los colegios, independiente de sus problemas internos. 


Dead Poets Society. Peter Weir (1989)
Se puede intentar dar una explicación a la fuerte crisis que vive la profesión docente en la actualidad, y que durante un tiempo ha desarrollado una fuerte pérdida de identidad. Es decir, por un lado está lo bonito que es enseñar, la dedicación de un profesor con motivaciones connaturales por los que vienen llegando (Un lugar en el mundo, Adolfo Aristaraín, 1992 o La lengua de las mariposas, José Luis Cuerda, 1999) Y por otro, la aplanadora del sistema, que impone a los docentes un programa de repeticiones y conceptos procesados de antemano y que deben ser descritos al pie de la letra para proximamente evaluar la memorización de dichas cosas en los estudiantes (educación bancaria). Es entonces, que hay una profunda crisis en la educación, que pasa por los problemas aquí planteados. Según el cine, como se dijo en el inicio, "algo huele mal en los sistemas educativos". Y eso se complica cuando notamos que películas como Los 400 golpes de 1959 sigue tan vigente como las que vendrán al respecto. 

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